Os transcribo la intervención del Dr Charles Sultan, durante un programa radiofónico francés presentado por Michel Druker, con motivo del estreno del documental de Jean-Paul Jaud, “Nos enfants nous accuseront”( Nuestros niños nos acusaran )1.
Más comentarios seria superfluo…
“Hay datos objetivos, haces de presunción, y hipótesis.
Los datos objetivos son estos que nos han relatado varios equipos americanos, que demuestran que desde el parto, en la sangre del cordón umbilical del recién nacido, existen más de 250 sustancias químicas. Segundo dato objetivo, en el meconio (primeras heces del recién nacido, que traducen todo el metabolismo fetal), un equipo ingles ha identificado una cincuentena de productos químicos. Así pues, primer haz indiscutible, desde el nacimiento, el recién nacido aparece contaminado por decenas de productos químicos emanando del medio ambiente. Son nuestras madres que, durante la gestación, han absorbido, han respirado, han utilizado productos (incluso procedentes de su entorno interior), que han atravesado la placenta y se han acumulado en el tejido adiposo del feto.
Es por esta razón que nosotros, un cierto número de pediatras, damos la alerta. Si la contaminación preexiste al primer día de vida, esta se va acumular, extenderse, incrementarse a lo largo de toda la vida porque los recién nacidos, luego los niños, los adolescentes, van estar al contacto de estos productos químicos.
Eso significa, entre otras cosas, que hay que controlar los potitos para bebé, que contienen Phtalates, productos considerados como perturbadores endocrinos. Finalmente, no queremos ser alarmistas, pero somos lanzadores de alerta.
Algunos productos medicales tienen el mismo impacto que pesticidas, son para nosotros modelos. Es extremadamente interesante. Un estrógeno que ha sido prescrito a mujeres embarazadas hace una treintena de años, el Distilbene, presenta una estructura química del todo comparable a la de los xenoestrógenos correspondientes al contaminante químico, y conocemos su impacto. Porque si estamos preocupados sin ser alarmista, es que tenemos la prueba que a través del ejemplo del Distilbene, que es un xenoestrógeno, que 1- este producto va acumulándose y perdurar en el tejido adiposo, en la grasa durante años, 2- que es capaz de modificar el equilibrio endocrino durante la vida fetal – y hemos visto malformaciones, hemos visto anomalías de las vías genitales de los niños y de las niñas, 3- son capaces de impactar a través de una acción sobre el ADN la estructura de la célula y generar, con un plazo de 13 o 14 años canceres. Conocemos el cáncer de la vagina de niñas cuya madres han tomado Distilbene (DES, o dietilestilbestrol) durante el embarazo.
Entonces, lo que es preocupante, es que más allá de los datos objetivos que evocaba a través de las investigaciones norteamericanas, hay haces de argumentos que van todos en el mismo sentido, es decir un riesgo de estos diferentes productos químicos sobre el equilibrio endocrino. Un riesgo a medio plazo, a corto plazo y a largo plazo.
Y finalmente, uno de los puntos que más me preocupa, es igual que por el Distilbene, existe no solamente un impacto a largo plazo, pero un impacto sobre dos generaciones, lo que llamamos un impacto transgeneracional. Ha sido demostrado en un trabajo publicado por la revista norteamericana Science, en el caso del animal (pero eso es extrapolable al hombre), que pesticidas pueden provocar modificaciones genéticas observables sobre tres o cuatro generaciones.
Desde que nacemos, vivimos con decenas y decenas de sustancias nefastas en nuestro organismo, al estado de trazas. Pero la preocupación del médico, igual que la del ciudadano, es que estas trazas que, experimentalmente – y es el argumento de la industria fitosanitaria – no provoca ninguna anomalía celularia o molecular. Tienen razón, pero si multiplicáis estas trazas por 100, por 1000 o por 100000 (porque existen 100000 productos químicos a los que se vera confrontado el Hombre a lo largo de su vida), el impacto celular y molecular ya no es el mismo.
El primer mensaje es que la agricultura ecológica es una alternativa coherente, susceptible de reducir esta contaminación. Pero no puede ser la única alternativa. Los políticos tienen que acompañar esta medida por otras más generales: los productos químicos prescritos por la agricultura tienen que obedecer a las mismas reglas que los medicamentos. Tienen el mismo impacto sobre la célula, tienen el mismo impacto sobre nuestro ADN, sobre nuestro genoma, porque no responden de las mismas reglas? Los pesticidas tendrían que estar sometidos a la misma evaluación, teniendo en cuenta sus efectos a corto plazo, a medio plazo y a largo plazo. El proyecto Reach2 se limita a los efectos a corto plazos.”
Salud
1 http://www.nosenfantsnousaccuseront-lefilm.com/
Este documental cuenta como, en un pueblecito francés de los Cévennes, un alcalde, frente a la angustia de la polución industrial, al peligro de la contaminación de los alimentos, decidió pasar la cantina escolar a ecológica.
Cada año en Europa mueren 100000 niños por culpa de enfermedades provocadas por el medio ambiente.
70% de los canceres están ligados al medio ambiente, de los que 30% debidos a la contaminación, y 40% a la alimentación.
Cada año en Francia aumenta de 1,1% los canceres de los niños.
En Francia, el número de canceres ha aumentado de 93% en 25 años.
2 Reach (Registration, Evaluation and Authorisation of Chemicals): Proyecto europeo adoptado en diciembre 2006 (n°1907/2006) y que está en vigor desde el 1º de junio de 2007, que pretende proteger a la salud de los consumidores contra los riesgos ligados a la utilización de productos químicos. Entre otras cosas, industriales tendrán que demostrar que unos 30000 productos químicos corrientemente utilizados y susceptible de ser nefastos, son seguros.
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